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Trabajar en el extrajero

Os incluimos un extracto del capítulo: Trabajar en el extranjero , del ebook gratuito ' La Gacela de Wirayut ': El mundo de la consultoría con humor.

Trabajar en el extranjero
Si alguno de ustedes ha tenido que realizar algún desplazamiento al extranjero por motivos de trabajo se habrá percatado de que allí se trabaja de forma bastante diferente de la nuestra. Lo cierto, es que en temas laborales, no es un tópico decir que ‘Spain is different’.
Si trabajamos habitualmente en el extranjero o estamos próximos a viajar, tendremos estar atentos a ciertas normas de conducta que nos vendrán muy bien en nuestros desplazamientos.
Es lo que llamo ‘Guía de supervivencia para españolitos despistados’:

• Hora de comer.
 
Tenemos que cambiar el chip completamente. Hay que hacerse a la idea de que no existe ningún país en el mundo que tenga la costumbre de comer a la misma hora que nosotros. Ni siquiera aquellos que culturalmente pudieran ser más parecidos, como Portugal e Italia, coinciden con nosotros.
Si nos vamos más al norte y se encuentra usted por el Reino Unido, Holanda, Suecia... se percatará que las horas de las comidas y cenas, que nos han enseñado desde pequeños, con la gran colaboración de nuestras madres y abuelas, se vienen totalmente abajo. Si nuestras madres se dieran una vuelta por estos países entrarían en una especie de caos mental difícil de superar.

Y no es de extrañar. ¿Que es eso de comer a las doce o doce y media?!! Alguno de ustedes podrá decir que lo que ocurre es que allí son mucho más madrugadores y empiezan la jornada laboral mucho antes. Nada de eso.
Allí empiezan a trabajar a horas similares a las de aquí, entre 8 y 9:30. Si además, usted está alojado en algún hotel en el que dispone de desayuno y gusta de comer de todo lo que hay en el buffet, como es mi caso, la posibilidad de tener hambre apenas tres horas después se hace casi imposible.
No me dirán que no son apetecibles esos desayunos tan abundantes y variados que se ofrecen allende nuestras fronteras.
Pero lo que es inevitable es que a eso de las doce, cuando muchos de nosotros apenas estamos empezando a funcionar mentalmente, ya empieza a haber gente levantándose de sus sitios y yéndose a comer.
Como son muy cordiales y educados, se te acercan y te invitan a acompañarles en la comida. Evidentemente, nos cuesta disimular nuestra cara de incredulidad. Todavía tenemos los zumos, pasteles, bizcochos y frutas variadas en el paladar y ya están pensando en comer.
¿Nadie les contado a esta gente que en España hemos inventado el pincho de tortilla cuando entra hambre a estas horas de la mañana?. No tienen fuerza de voluntad para esperar a las dos o a las tres, que es cuando se tiene que comer. Aunque, bien visto, cuanto más viajo, más empiezo a pensar que somos nosotros los masoquistas por esperar hasta tan tarde cuando el estómago puede llevar rugiendo por lo menos un par de horas. En cualquier caso, aceptamos cordialmente la invitación y acompañamos a nuestros anfitriones.


Llegamos al restaurante, nada de esperar mesa, siempre hay mesas libres y pedimos la carta. Pero... no esperemos una carta con entrantes, verduras, legumbres, carnes y pescados variados. Los restaurantes en el extranjero no tienen variedad. Están especializados. Como mucho, tres o cuatro cosas diferentes y no les saques de ahí.
Eso sí, lugares de comida rápida hay un montón. O mejor, deberíamos llamarlos de comida fulgurante: burguers, pizzerías...

Esto lo digo para diferenciarlos del resto de restaurantes que son de comida rápida, en el sentido literal. Me explico, entre que no tienen excesiva variedad y que la gente no tiene la costumbre de hablar mucho en la mesa, la comida se pasa volando. Un consejo, no intente sacar ningún tema de conversación a los postres esperando tener la típica tertulia de los cafés. Nada, aquí les despacharán inmediatamente con una corta respuesta. Por si acaso, no pida el café muy caliente, quizás no le de tiempo a que se enfríe. Cuando se quiera dar cuenta ya estamos de vuelta al trabajo. Es la una y ya estamos de nuevo en la oficina. Fíjense que larga se puede hacer la tarde. El panorama se presenta aterrador.
Pero aún existe otra posibilidad muy extendida en el extranjero. Se trata de no ir a ningún restaurante y tomar lo que aquí llamamos comida basura. En este caso se consigue reducir el tiempo dedicado a la comida considerablemente.

Básicamente, lo que hacen es comer solos (se ahorran el tiempo de conversación), comer en el parque de enfrente de la oficina (se ahorran el tiempo de buscar mesa en un restaurante), comer perritos, sandwiches, patatas y similares de alguna máquina expendedora (se ahorran tiempo al no salir del edificio) e incluso comer en su propia mesa, mientras siguen trabajando (se ahorran todo el tiempo).
Como vemos, no tienen mucho aprecio por disfrutar de largas y tranquilas comidas en las que poder charlar con los compañeros.
Es nuestra misión, como cruzados de la dieta mediterránea, el convencerles de que abandonen sus hábitos alimenticios.
¿Se imaginan tomarse un buen asado de cordero a las tres de la tarde en el centro de Estocolmo y estarse charlando y tomando licores hasta las seis?

• El idioma.
 
Tenemos que admitirlo. No sabemos inglés, y es el idioma de los negocios, utilizado en todo el mundo y que nos puede abrir muchas puertas. Pero es que tampoco sabemos ningún otro idioma, no seamos hipócritas.
Siempre se ha dicho que los actores de doblaje españoles son los mejores del mundo. Pero, ¿alguien se ha preguntado por qué?. ¿Alguna vez se ha celebrado un Campeonato de Doblaje Cinematográfico? La razón de que sean tan buenos estos actores de doblaje es que en España se practica mucho, son muchas personas las que se dedican a esto, ya que hay mucha demanda de películas dobladas. Es como la pelota vasca, que se nos da muy bien, por que somos muy pocos los que jugamos.


La triste realidad es que, en prácticamente la totalidad de los países, lo habitual es ver las películas en versión original y en muy pocas ocasiones éstas son dobladas. Incluso, es muy frecuente ver las series de televisión más famosas en sus versiones originales con subtítulos. ( continua ....)